Muy querido señor :
Querría seguir su consejo, pero ¿ cómo conseguirlo? Se me va la cabeza, estoy exhausto y no puedo apartar de mis ojos la imagen de ese desconocido. Lo veo de continuo, rogándome, apremiándome, reclamando con impaciendica mi trabajo. Yo, por mi parte, prosigo en él, porque la composición me fatiga menos que el descanso. Pero quiero no tomar nada muy a pecho. Siento que mi hora se acerca. Estoy a punto de expirar.
He acabado antes de haber gozado de mi talento. ¡ La vida, sin embargo, era tan hermosa, y mi carrera se anunciaba con tan buenos auspicios ! Pero nadie puede cambiar su destino. Nadie puede medir sus días; fuerza es resignarse; será lo que la providencia disponga. Termino : es mi canto fúnebre y no debo dejarlo imperfecto "
Wolfgang Amadeus Mozart (Carta a Lorenzo Da Ponte)
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